miércoles, 17 de julio de 2013

Teatro...


Hace poco una persona a la que quiero mucho me preguntaba por qué hacía teatro, por qué no renunciaba a él ya que así estaría menos agobiada… mi respuesta fue que para mí el teatro no era una carga sino que era una liberación, una vía de escape, unas horas en las que sonrío, disfruto, soy feliz y estoy con gente que se ha convertido en mi segunda familia pero sobre todo, el teatro es una parte de mí

Quizá no todo el mundo es capaz de entender esto, quizá quien no ha hecho nunca teatro no puede entenderlo, pero quien lo probó, lo sabe :)

Cuando yo empecé a hacer teatro, no estaba demasiado convencida de que fuese a hacerlo bien, ni sabía si me iba a gustar o no ni si me ayudaría a perder la timidez o no. Por suerte, en ese primer año me tocó hacer una obra con varias personas que a día de hoy son importantes para mí por diversos motivos que ellos saben de sobra. Una de esas personas, no me ha soltado la mano desde entonces y se ha convertido en una especie de madre teatral a la que adoro, es mi confidente, mi consejera, uno de mis grandes apoyos y pondría la mano en el fuego por ella sin dudar un momento… y además forma parte de “Area Feliz”, ese grupo de amigas que no cambiaría por nada del mundo.
 
A día de hoy sigo haciendo teatro y me llena de vida, me ayuda a respirar cuando me ahogo y sobre todo allí están esas personas, que pasaron de ser amigas a ser como de mi familia, esas personas que me han demostrado que están a mi lado pase lo que pase, que a pesar de la distancia no les tiembla la mano para coger el teléfono y llamarme… creo que nunca podré agradecerles lo suficiente todo lo que han hecho por mí.

Sin duda el teatro me ha enseñado a creer más en mí misma, me ha hecho sacar lo mejor de mí para poder trabajar en equipo y conseguir grandes resultados como los que hemos conseguido hasta ahora, me ha ayudado a ser mejor compañera, a perder la timidez y a ser más extrovertida.
Puedo decir, sin temor a equivocarme, que ese día que mi amigo Sergio me llamó al telefonillo y me dijo: “baja, que tenemos reunión de teatro”, fue uno de los días más significativos de mi vida ya que ese día tomé una de las mejores decisiones de mi vida y estoy muy orgullosa de haber dado ese paso ya que ahora soy muy feliz tanto encima de los escenarios como en el backstage con todos mis compañeros, con esas risas y anécdotas que nunca faltan e incluso con los típicos nervios pre-estreno.

Gracias, gracias a la vida por ponerme el teatro, su gente y todo lo que eso conlleva en mi camino… No todos los días la vida nos besa en la boca y a mí ese día la vida me besó y siempre le estaré agradecida.

 

2 comentarios:

  1. Ana, eres genial. Yo creo que es la mejor palabra para resumir todo. Un besazo y a seguir conquistando el mundo con esa carita, esa sonrisa y esos besos!!
    Esther

    ResponderEliminar
  2. Muchas gracias Esther :)
    Si si mis besos no te faltarán jajaja en cuanto te vea te los doy :)
    Un beso enorme!

    ResponderEliminar